viernes, 5 de febrero de 2016



(-Hoy de nuevo;
-Hoy, de nuevo;
-De nuevo, hoy;
-De nuevo (es) hoy;)

como tantas otras veces
 (ya sería un hábito)
reniego de mi sentimentalismo, 
egocentrismo,
mariconería insoportable,

de esta tendencia 
-inevitablemente- 
hablar en primera persona 

y a manchar <lo que quiero decir>
con <lo que siento>.

Si no lo siento, no lo digo.

Si no lo siento, ni siquiera lo pienso.

Yo pienso sintiendo,

esa es 
mi inteligencia,
mi frecuencia,
la manera en que me habito 
y de la cual reniego
pero que no puedo abandonar.



(Wara wara 
yo de nuevo hablando de mí)





Para convivir con esta autorreferencialidad, 
podría repetirme insistentemente
(dos puntos) :

  • que yo no soy un yo definido y concluido

(pensarme más agua de río que de fuente de jardín, 
circulando estúpidamente)

  •  que quizás soy una voz imposible, proveniente de quién sabe dónde,

la cual, debido a falta de amigos-íntimos,
 murmura en juego 
diálogos consigo misma

(¿será incapacidad, soberbia o miedo 
lo que me impide invitar a otros interlocutores?)

  • que poco y nada importa  ese yo

 (que se refugia cobardemente 
en el adverbio "personalmente" )


porque yo nunca soy ese-yo-que-habla,


soy un personaje que escribe, 
un invento de la ficción y de la poesía,
una selección de palabras.


Un juego de niños que se prolongó
demasiado.


Pienso que este no es el juego que quiero,

pero siento que quiero seguir jugando.


*
No pude 
ni podré 
encontrar/me en las palabras.

Escondida.
Encerrada.
Capturada.


Renunciar a la búsqueda
o a la construcción 
o a la cacería despiadada
de mí-misma
en la escritura.

(cambiar el juego, 
es eso, 
cambiar el juego)


Escribir 
desde la impersonalidad.
Con una mirada cínica,
de superada,
insensible.
(o intentarlo)

Escribir
 no como una confesión
sino como una mentira,
como si usara máscara y armadura.

Decir yo y dejar de creer en el yo



¿Es genuina esa impersonalidad?
 ¿Es posible?

¿Podemos salirnos de nosotros 
a la hora de 
hablar, escribir, pensar, vivir?


¿Estamos 
en nosotros
 como para poder 
salir de nosotros? 


¿Somos nosotros 
una cosa identificable
un lugar transitorio
(momentáneamente poblado por el lenguaje)?




La voz que habla, 

en un lugar de paso, 
muestra la mirada que se tiene,
(el vistazo que se echa) 
en un momento determinado

y que luego deja de ser

y que es 
siendo, 
y dejando de ser>


La voz imposible, pero paradójicamente presente.
Acá está.

(La escritura como juego:
jugar con las palabras
o que las palabras jueguen 
con <lo que voy siendo>)





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